Los mejores hoteles de Barcelona

Unos lo visitan como monumento, otros se alojan aquí y otros lo eligen como escenario, como fue el caso de Woody Allen para su película “Vicky Cristina Barcelona”. Situado en pleno paseo de Gracia, ocupa uno de los edificios más emblemáticos del modernismo de Barcelona. Construido en 1908 por el arquitecto Luis Doménech i Montaner, tanto la fachada como los interiores exhiben lujo elegante, ambiente refinado y la extravangancia original de la época. (más info >>>)

Salvador Dalí se refugió, durante años, en la habitación 110 de esta obra maestra diseñada por Eduardo Ferres Puig. Ava Gardner, Frank Sinatra y Ernest Hemingway también sucumbieron ante su aire aristocrático y su exquisita decoración. La fachada, los suelos de mármol y las arañas de cristal presentan el mismo aspecto que en 1919 cuando se inauguró. Miembro de "Leading Hotels of the World", ofrece habitaciones equipadas al detalle y suites con preciosos baños romanos de mármol y mosaicos sevillanos. (más info >>>)

En el Port Olimpic, junto al pez metálico de Frank O. Gehry, esta torre de 154 metros de altura en acero y vidrio es un hito de la arquitectura vanguardista. Diseñada por el arquitecto Bruce Graham, autor de la torre Sears de Chicago, es uno de los edificios más altos de España. Su estética ultramodernista también llega a las habitaciones, que están decoradas en tonos neutros siguiendo las últimas tendencias y cuentan con un equipamento de última generación. (más info >>>)

Este antiguo palacio neoclásico, recuperado por el egiptólogo Jordi Clos, disfruta de un emplazamiento de lujo en una de las calles más elegantes del Eixample. Como si fuese un museo, cuenta con una importante colección de arte. Piezas únicas como una diosa hindú, con más de 1.600 años de antigüedad, mosaicos romanos del siglo IV, un grabado original de Napoleón de 1812 o diversos muebles ingleses del siglo XVII se exhiben por toda la casa. (más info >>>)

En pleno barrio de L'Eixample, un edificio modernista del siglo XIX se enciende al llegar la noche. Hasta este punto nada excepcional. Lo original es que cada noche se enciende con un color diferente y quienes deciden este color son los huespedes. Efectivamente, la iluminación de su fachada multicolor, compuesta por un sinfín de focos controlados por ordenador, se decide a través de un recuento diario basado en la respuesta que dan los clientes desde sus habitaciones, respondiendo a su estado de ánimo. (más info >>>)