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TURDETANIA - Turdetanos y Túrdulos |
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La región Turdetania
Turdetania es una región en la península ibérica que existía a la llegada de los romanos y que coincidía con los antiguos territorios de la civilización de Tartessos.
Esta región abarcaba el valle del actual río Guadalquivir desde el Algarve hasta Sierra Morena.
Cuando fue conquistada por Roma sería rebautizada con el nombre de la Bética, y al río que la cruzaba con el nombre de Betis (actual Guadalquivir).
Los turdetanos y túrdulos
El geógrafo, historiador y viajero griego Estrabón escribe que Turdetania estaba poblada por los turdetanos y túrdulos. Plinio y Polibio sin embargo consideran a turdetanos y túrdulos dos pueblos diferentes, siendo los turdetanos los que habitaban Turdetania y los túrdulos el pueblo que vivía al norte de esta región.
En cualquier caso tanto turdetanos como túrdulos fueron pueblos íberos que tenían un alfabeto propio y que hablaban una lengua de origen tarteso, diferente a la del resto de los iberos.
Otras diferencias notables eran sus particularidades en las necrópolis y enterramientos y su arte. Su arte estaba caracterizado por un tipo de cerámica pintada con motivos geométricos y una escultura animalística . Tras la influencia orientalizante, realizarían también figuras humanas con la misma perfección en su ejecución. En la Necrópolis de Osuna, en la provincia de Sevilla, se encuentran algunas de las muestras más representativas
La población turdetana, aunque habría tenido influencias griegas y fenicias debido al contacto con estos pueblos durante siglos, se sabía descendiente de los antiguos tartessos, y a la llegada de los romanos, aún mantenía sus señas de identidad propias. De ahí que el geógrafo e historiador griego Estrabón escriba en sus crónicas:
"...los turdetanos, herederos de los Tartessos, son de costumbres dulces y cultivadas, tienen fama de ser los mas cultos de entre los íberos, poseen gramática y escritos de antigua memoria, poemas y escritos en versos que ellos dicen de 6000 ..."
A pesar de estas afirmaciones de Estrabón, los iberos ya contaban con un sistema de escritura bastante desarrollado. Se trataba de un sistema intermedio entre la escritura alfabética y la silábica. Se distinguen en ella dos sistemas distintos, aunque muy parecidos, el levantino y el meridional. Sólo los signos del sistema levantino han podido ser identificados gracias a monedas bilingües ibérico-latinas. El sistema meridional todavía no ha sido descifrado y es el que correspondería a la escritura de los tartesos y posteriormente de los turdetanos y túrdulos.
Restos encontrados
Como al hablar de Tartessos, Turdetania, turdetanos y túrdulos estamos hablando en realidad del mismo pueblo sólo que en fechas diferentes, muchos de los restos encontrados son difícilmente encuadrables en Tartessos o Turdetania, ya que hubo ciudades del reino de Tartessos que siguieron existiendo cuando a aquella región ya se llamaba Turdetania. A este respecto, sólo la fecha de los objetos encontrados y las posibles influencias fenicias o griegas (debido al contacto de estos pueblos) pueden contribuir a que los restos que a continuación mencionamos sean más bien encuadrables en lo que llamamos Turdetania (turdetanos y túrdulos):
El Tesoro del Carambolo encontrado en una colina a sólo 3 Km. de Sevilla, muestra un conjunto de cerámica y joyas de oro de 24 kilates que tienen una gran influencia fenicia en su manufactura. Los relieves de guerreros indígenas (procedentes de una tumba monumental) encontrados en la Necrópolis de Osuna (Sevilla) muestran como su arte, a diferencia de los hallazgos puramente tartesos de Huelva que representan figuras animales, pasa a las representaciones humanas probablemente bajo la influencia fenicia debido al intenso comercio que con Gades mantenían. Sin embargo estas figuras son del s. VII a.C. y el origen de la ciudad de Osuna (Urso) se sitúa hacia el año 1000 a. C.
Lo que si podemos encuadrar puramente en este apartado es el Yacimiento de "Cancho Roano", en Zalamea de la Serena, Badajoz (Extremadura). Este yacimiento se distingue de los anteriores yacimientos tartesos encontrados en Huelva (La "Necrópolis de la Joya" y "Tejada La Vieja" ), tanto por su forma y tamaño como por los objetos aquí encontrados. Se calcula que se creó en torno al 550 a. C. (la misma fecha en que se data la muerte de Argantonio, último rey de Tartessos del que se tienen noticias) y que fue destruido por un incendio al rededor del 370 a. C.. Por lo que aunque muchos lo consideran un yacimiento tarteso debiera tratarse más bien de un yacimiento de Túrdulos, por la fecha, que coincide justo con la época en que decaen los anteriores yacimientos de Huelva, como por la localización al norte de Turdetania, donde se consideraba habitaban los Túrdulos.
Sociedad y economía
Se trataba de una sociedad muy urbana, algo muy excepcional en aquella época. En sus escritos cuenta el historiador griego Polibio (200 a. C. - 118 a. C.) que en Turdetania existían más de 200 ciudades y entre ellas cita a Corduba (Córdoba), Híspalis (Sevilla) y Gades (Cádiz).
Al igual que el reino de Tartessos, basaban su economía en la agricultura, la ganadería, la pesca y la minería.
La minería continuaría siendo una de sus principales fuentes de riqueza. En Huelva se han encontrado las minas más importantes. Las excavaciones muestran que el sistema de explotación minero debió ser anterior a la llegada de los fenicios, sin significativos cambios cuando éstos llegaron. Los minerales extraídos son plata y cobre, siendo la plata el principal material explotado. Sobre la propiedad de las minas, Diodoro dice que pertenecían a particulares hasta la llegada de Roma.
Tenían asimismo toda una industria asociada a las minas, situadas donde anteriormente se encontraban las factorías tartesas, en un triángulo formado por las actuales Huelva, Cádiz y Sevilla.
Según Estrabón, la agricultura fue muy variada y Varrón narra que ya conocían el arado y el trillo. Cultivaban cereales, olivo y vid.
Sobre ganadería, se sabe que criaban bueyes, ovejas, y caballos. Asociada a la cría de ovejas tenían una la industria textil como muestra la gran cantidad de fusayolas y pesas de telar encontradas en algunas tumbas.
Referente a la industria pesquera tenían fábricas de conservas y salazones y de "garum" o "liquamen" una salsa a base de pescado muy apreciada por los romanos.
Sus vecinos: otros pueblos iberos
A la llegada de los romanos, los turdetanos al sur, y los túrdulos al norte tenían como vecinos a los siguientes pueblos:
Al oeste los conios un pueblo de origen no celta que según los autores clásicos serían con posterioridad incluidos entre los turdetanos. Habitaban el Algarve en Portugal.
Al noreste, los oretanos, un pueblo ibero que habitaba la Oretania, en la zona oriental de Sierra Morena entre la mitad sur de la provincia de Ciudad Real y el norte de la provincia de Jaén.
Al Sureste los bastetanos, pueblo ibero que habitaba la Bastetania o Mastiena aproximadamente donde hoy están las provincias de Málaga, Granada, Almería, sur y sureste de Jaén, sur de Albacete y suroeste de Murcia. La Bastetania era conocida por la minería y su comercio de metales, esparto, salazones de pescado y "garum". Uno de los más interesantes hallazgos es la Necrópolis de Basti (en Baza - Granada) donde se encontró la escultura de la Dama de Baza .
El final de Turdetania
En el año 237 a. C., Amílcar Barca desembarca en la vieja colonia fenicia de Gadir (hoy Cádiz) con el propósito de adueñarse de las riquezas mineras de Iberia. Esto supuso el enfrentamiento abierto entre Cartago y varias ciudades de la Turdetania, especialmente las del interior. Las tropas turdetanas se opusieron al avance cartaginés por el valle del Guadalquivir con la ayuda de los mercenarios celtíberos, pero a pesar de ello, Amílcar consiguió su propósito de controlar las zonas mineras de Sierra Morena.
Por otro lado, los reyes turdetanos carecían de una organización global capaz de enfrentarse a la potencia militar cartaginesa, por lo que los ejércitos de los reyes Istolacio e Indortes, cuya resistencia fue mayor, fueron derrotados.
Posteriormente, los caudillos cartagineses emprendieron la marcha hacia el levante peninsular para fundar "Akra-Leuke" (Alicante) que sería su primera base permanente de operaciones en la Península Ibérica y que posteriormente se convirtió en la Lucentum romana.
A partir de este momento la Turdetania quedaría bajo el imperialismo cartaginés y con ello, trás la derrota de Cartago en las Guerras Púnicas pasaría a manos romanas.
Desde el año 197 a. C., casi todos los pueblos de Hispania se habían rebelado contra la presencia romana y sus despóticas maneras. El 195 a. C., Marco Porcio Catón entraba en Hispania con un ejército consular para aplastar las revueltas. Tras una triunfal campaña, Catón condujo a sus tropas a Sierra Morena, donde los turdetanos tenían sus minas. A pesar de que éstos habían contratado mercenarios celtíberos para combatir a los romanos, los tribunos emisarios de Catón convencieron o coaccionaron a los celtíberos para que se retiraran a sus tierras sin presentar batalla. Después de perder el apoyo militar celtíbero, los turdetanos fueron derrotados en Iliturgi, actualmente conocida como el cerro de Máquiz, en Mengíbar (provincia de Jaén).
Esta derrota significó la pérdida de sus posesiones mineras, lo que obligó a los turdetanos a permanecer en el valle del Guadalquivir, dedicándose a la agricultura y la ganadería. Por su parte, Catón regresó al norte atravesando la Celtiberia con el fin de amedrentar a los celtíberos e impedir futuros levantamientos, aunque a partir del 193 a. C., las rebeliones serían habituales.
Con el triunfo definitivo de los romanos y la romanización total de la Península Ibérica, todo lo que había significado la cultura tartesa y la de sus descencientes turdetanos y túrdulos pasaría al olvido.
Más información:
Historia de España /
Tartessos /
Turdetania: Turdetanos y Túrdulos /
Cartaginenses en España
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